No es que crea en el fuego como elemento sanador, que no soy yo de mucho misticismo, pero creo en la familia, en la vida, en la alegría, en las risas de los niños saltando la hoguera, en pasar etapas, en disfrutar de la comida…

Tal noche como hoy, hace seis años, mi hijo mayor me «reconocía» y me acariciaba por primera vez, tenía algo más de tres meses y si siempre esta noche había tenido algo mágico, algo hermoso, un sabor a verano que empezaba y a amores nuevos, a descansar de apuntes y del frío belga…desde aquella noche es más mágica aún…

Hoy rodeada de los míos damos la bienvenida al verano, a los horarios cambiados, a vestirnos ligeros, a dormir hasta más tarde…

La entrada es corta, la vida también…disfrutádla…Os dejo que las sardinas me esperan 😉