tener un segundo hijo

La semana pasada este tema ha salido varias veces en las conversaciones entre amigos y en grupos de Facebook en los que participo:

¿Podré querer igual a un segundo hijo?

¿En serio que se puede querer igual a un segundo hijo?

¿Cuándo es el momento para tener un segundo hijo?

¿Y si no es el momento de mi hijo para tener un hermano?

¿No se va a sentir destronado?

En este post no quiero hablar de las familias que han decidido tener sólo uno, o que sólo pueden tener uno…sino de todas aquellas que dudan y que en mayor o menor medida se plantean éstas y muchas otras preguntas.Los amigos con los que he hablado de este tema ponían en la balanza muchos motivos para tener otro hijo y muchos miedos para no tenerlo y cómo no, la culpa, esa que nos acompaña durante la ma/paternidad queramos o no.

Miedo a dificultades económicas, miedo a no saber gestionar otra vez los tiempos de un bebé, miedo a no poder atender a los dos con la misma intensidad, miedo a los posibles celos, miedo a no dormir…además a tu alrededor no pararás de escuchar aquello de «¿para cuándo la parejita?» con la misma frecuencia que oirás «¿pero estáis locos, otro bebé?¿ AHORA?» Como si todo el mundo pudiese opinar sobre lo que te pasa o te deja de pasar, lo que decides o dejas de decidir…

En todo caso, todos esos miedos y muchos más son razonables, quienes han pasado meses y meses en vela, quienes han tenido embarazos y partos difíciles, quienes recuerdan aún con angustia los celos que sentían por su hermano cuando eran pequeños, quienes tienen una situación económica complicada tienen todo el derecho a tener esos miedos y otros mil más…pero ¿miedo al amor? Nunca.

La sensación de destronar al primer hijo desaparece en cuanto te das cuenta que esto es como los cumples si hay un niño de cumple hay un trono, si hay dos: dos tronos, si hay tres: tres tronos…y paramos de contar que de tres en adelante ya se les han debido de quitar todos los miedos a las familias ¿o no?

A veces faltan manos, no diré lo contrario, y sentimos que fallamos, pero también lo sentimos cuando hay uno solo, a veces los dos te reclaman al mismo tiempo: los dos quieren merendar aquello, los dos quieren jugar contigo, los dos quieren tu colo y soluciones haberlas haylas pero cada familia deberá buscar las suyas porque las recetas mágicas y los manuales no existen pero como os comentaba en el último post, quizás y sólo por lo que la experiencia nos dice la presencia debería ser parte de nuestra pócima mágica familiar.

En nuestro caso siempre supimos que queríamos tres y esas preguntas no resonaron tanto en nuestras cabezas, pero la sensación de no llegar, de no estar a lo que tienes que estar, que es a verlos crecer, porque estás más liado con la llegada de otro bebé, de no estar disfrutandóos como deberíais, y algún anhelo más, por supuesto que nos han acompañado pero lo supera con creces todo lo que de bueno nos ha traído tener dos hijos…

Y nos os digo ya tres…

 

Así que a la mamá de Facebook que se planteaba esa y muchas más preguntas le dejé esta respuesta y os la dejo por aquí también:

Lo querrás igual y diferente, más y lo mismo, con locura y con cansancio…como la primera vez pero como la segunda…un chorreo de babas y de amor…no hay momento…pasa.