
Hace unos días compartí en mi página de Facebook la siguiente noticia:
La espectacular foto que Facebook no quiere que veas
La noticia incluía la foto que véis más arriba. La fotografía en cuestión es de la fotógrafa belga Marijke Thoen, especializada en fotografía de embarazo, parto y bebés que ganó en el año 2016 el «Birth Photographers Competition» con la siguiente imagen:
En su página de Facebook a ella también se la censuraron pero se la han devuelto ya, no es nuestro caso pues hace unos días nos llegó un mensaje con el siguiente texto:
«Restringimos la exhibición de desnudos. Es posible que algunas descripciones de actos sexuales también se eliminen. Las restricciones sobre la exhibición de desnudos y actos sexuales también se aplican al contenido digital, excepto si dicho contenido se publica con fines educativos, humorísticos o satíricos. Eliminamos el contenido que incluye amenazas o promueve la explotación o la violencia sexual. Esto incluye la solicitud de material de tipo sexual, cualquier contenido de esta naturaleza en la que aparezcan menores, amenazas con compartir imágenes íntimas y ofertas de servicios sexuales. Siempre que sea oportuno, remitiremos este contenido a las autoridades locales. Consulta las Normas comunitarias de Facebook para obtener más información sobre el tipo de mensajes y publicaciones permitidos en Facebook«.
Créedme si os digo que las normas de Facebook ya las había leído y que no creo que esa imagen coincida dentro de los supuestos arriba mencionados. La censura de Facebook no es nueva y durante años la lucha por una normalización de la lactancia ha hecho que se cerraran cuentas, se censurase, se readmitiese, se denunciase cualquier foto que contuviese una teta, una teta dando de mamar, se entiende, más adelante se admitían tetas pero sin pezones pues ya se sabe que esto de la anatomía es molesto; pero hete ahí que el señor de Facebook dijo que iba a ser padre y que se dejaban de prohibir fotos amamantando, que podéis decirme oye, que sino te gustan sus normas te vas, y es totalmente cierto, pero lo que no me gusta tanto es que sólo valgan las normas en un sentido y no en el otro.
El uso de las redes sociales por menores con cuentas «trampeadas», los miles de perfiles de modelos profesionales o de andar por casa que exhiben su cuerpo desnudo o semi desnudo día sí día también en Facebook e Instagram no es digno de censura, el bombardeo con imágenes de niños modelos hipersexualizados no molesta, los pantalones más cortos, los sujetadores más diminutos: todo eso pasa el filtro, pero un simple vídeo de autoexploración para detección del cáncer de mama es denunciado por cualquier particular que ve sexo donde hay anatomía, suerte que hay gente ingeniosa y nos sorprenden con vídeos como éste: Un vídeo contra el cáncer de mama.
¿El problema es Facebook y otras redes o el problema lo tiene la sociedad que denuncia? ¿El problema está en quién recoge el pielfinísmo de algunos, o en quién no ha aprendido a mirar el cuerpo con naturalidad? Un poco todo supongo…Hace unos días hablaba en la formación de doulas sobre el desconocimiento que tenemos «de serie» sobre muchos de nuestros procesos fisiológicos, y el embarazo, parto y lactancia no son una excepción.
La maternidad es lo que nos ha traído hasta aquí, gestar, parir y lactar es lo que ha hecho que los humanos sobrevivan pero es obsceno, es difícil de mirar para algunos, es hasta «anti-natural» y desde luego en el imaginario colectivo los embarazos son todo glamour y barrigas redondas y perfectas que desaparecen según sale tu bebé de las entrañas, tu bebé que debe de nacer de una flor de loto, sin estrías, sin desgarros, sin sangre, limpio y perfumado. Desde hace un tiempo sigo en Instagram la cuenta Stop censoring motherhood, podeís conocer un poco más de su historia aquí, en ella muestran lo que se conoce como «el cuarto trimestre» que es ese puerperio inmediato para la madre y ese tiempo precioso en el que tu bebé quiere estar pegado a tu cuerpo, a tu cuerpo que es su templo, su sitio en el mundo, tu cuerpo que aún conservará las huellas de haberlo llevado dentro, tu cuerpo con estrías o sin ellas, con una barriga que no desaparece como por arte de magia, tus puntos de la cesárea y su cicatriz, tus pechos rebosantes de calostro, hinchados, azules, atravesados por mil venas, tus bragas postparto, gigantes, cómodas, «de abuela», que ni la mismísima Bridget Jones oye, los loquios de los que no te habla nadie y esas compresas XXL, tus hormonas completamente vueltas del revés.
Yo que he vivido tres cesáreas con un panel verde que me impedía ver todo lo que pasaba con mi barriga, he disfrutado infinito viendo imágenes y vídeos de cesáreas respetadas y me sigo maravillando ante el cuerpo de la mujer, su fuerza, su naturaleza…y me sigo maravillando ante cada recién nacido…Por cierto la imagen ganadora el «Birth Photography Image competition de 2017» es brutal también, es de Cradled Creations