
La noche del lunes al martes comprobamos con estupor cómo nuestra lavadora nos había dejado para siempre. Al abrir la puerta para sacar la ropa ví que en el fondo del bombo había agua, mucha agua, agua que indicaba que no había centrifugado y ahí estaba el nórdico chorreante y algunos calcetines. Cerré la puerta, apagué, encendí y nada; y es que apagar y encender es de lo poco que alcanzo a hacer con los aparatos en general, soy lo contrario a una «manitas» en lo que a reparaciones domésticas se refiere, pero esta vez no funcionó, avisé a mi marío:
-Cariño, esto no funciona, está caliente pero chorreando, por eso la secadora estos días no iba bien, no centrifuga.
Marío resoplando y pese a que él sí es un manitas, me confesó que en lavadoras andaba un poco pez. Oí ruido dentro de casa y al pasar por la cocina, el reloj del horno se rió en mi cara, 00:05: se habían acabado todas las ofertas del black friday y del cyber monday. –Pues estamos bien- pensaba, mientras acunaba a la pequeña que se acababa de desvelar.
Cuando volví al garaje, la escena no era mejor. Marío con la cara seriamente compungida me dice:
-¿Qué vamos a hacer con esto? – mientras me señalaba una lavadora destripada y ajada por el paso de los años, creo que 12 en total.
-Chico, pues ir al río a lavar ¿no? Está aquí al lado, jabón lagarto y una buena tabla y a clareo. Qué vamos a hacer, pues tendremos que comprar otra«. Cri-cri-cri.
El martes se presentaba complicado, tenía que llevar a los niños a extraescolares, comprar una lavadora y comer en el mismo lapso de tiempo. Opté por saltarme la comida (mal, muy mal) pero era la única manera de conseguir llegar a todo, así que salí del trabajo a las 15:25 y las 15:35 ya estaba viendo lavadoras en una tienda multimarca.
Hasta la fecha no había tenido que comprar una lavadora nunca, cuando estuve en pisos compartidos en mi época de estudiante, las lavadoras estaban allí y cuando nos fuimos a vivir a nuestra casa marío y yo, mi hermano estaba de mudanza y nos dió la lavadora, así que me considero analfabeta en «electrodomésticos de gama blanca» en general y en lavadoras en particular, así que decidí pedir ayuda, para eso estaba en una tienda, con 58 lavadoras de exposición y personal especializado.
-Hola, necesito ayuda para las lavadoras.
-Sí, ahora te aviso a la compañera de esa sección.
-Gracias.
Srta. X, acuda a blanca por favor
–Dime (mientras masca un chicle más grande que un mango)
-Hola, mira quería comprar una lavadora, la mía se rompió ayer por la noche, somos 5 de familia así que lo único que sé es que creo que necesito una de 8 kilos mínimo.
-Uy, es que lavadoras hay muchas, que yo te iba a recomendar la mía, que estoy encantadísima con ella, pero es de 7 kilos y claro, como tú quieres 8.
-Ya, pero si me puedes orientar algo más.
-Es que las diferencias son de calidad y de precio, y de ruido. Todas lavan. Voy a hacer unas cosas cuando te decidas me llamas y listo.
Así que bueno, leí las etiquetas, consulté por whatssap con mi padre que sabe de todo, y entre eso, el pito pito gorgorito y sin pasarme del presupuesto como en «Quién quiere ese vestido» elegí la que será nuestra próxima lavadora.
Y estaréis pensando qué tiene que ver ésto con el porteo, Rocío, que te estás yendo por las ramas y no; cuando me preguntáis muchas veces por la tienda física os digo que no tengo, pero que podéis preguntarme todo lo que queráis sobre porteo u otros temas porque voy a responder siempre, y si no tengo la respuesta, la voy a buscar. Es cierto que no puedes tocar los productos antes, pero si que te orientaré si me preguntas acerca de lo que creo que se acerca más a lo que buscas. Y no lo haré porque sea lo que yo haya utilizado, ni porque a mi me guste esa marca, evidentemente los productos que tengo en la tienda me gustan y por eso los tengo, pero si no tengo lo que necesitas también te lo voy a decir, y es que hay muchas cosas que querría tener y de momento no puedo.
En algún momento puedo decirte «personalmente» me parece que al tacto este fular es más suave que aquel, pero no voy más allá, no me pongo de ejemplo y me baso en mi formación y en tus necesidades para ayudarte a elegir algo si realmente tienes dudas. Muchas compras en la tienda online no tienen una consulta previa, simplemente alguien «pasa» por la tienda, le gusta algo, lo «mete» en el carrito y en unos días lo tiene en casa, pero quiero que sepáis que podéis preguntarme siempre acerca de las cosas que tengo en la tienda. Si ayer en vez de lavadora, buscase un portabebé, un libro, una copa menstrual o una explicación acerca de las tablas curvas, en una tienda física y me dicen «las diferencias son de precio» me hubiera ido sin nada, imposible elegir y ahora sí, os dejo, que me toca poner la colada y estrenar la lavadora nueva, que en día y medio sin ella y estamos tal que así: