
Uno no puede cambiar del todo quién es. Hay una parte de nuestra esencia, de nuestra forma de estar en el mundo que nos es única. Nos pertenece a cada uno, que no se aprende, que no es herencia, que no lo hemos leído o trabajado: es, somos. Cambiar mi naturaleza…difícil tarea.
Sin embargo, probablemente sí que podemos poner un poco más de conciencia en nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.
Luego está la humildad y el trabajo personal para mirarnos al espejo sin mentirnos, con sinceridad, con aceptación pero nunca es fácil.
Chica ¿estás bien?
Diréis ¿a esta qué le pasa hoy?. Pues no me pasa nada en concreto, pero este cumpleaños que acaba de pasar me ha dejado algo tocada. Normalmente me encanta celebrar los cumpleaños. Como decía por Facebook alguna de vosotras en el post del sorteo, lo mejor de los cumpleaños es «que vayan llegando». Sin embargo, este cumpleaños llegó de la mano de una muy mala noticia. Una noticia que me hace cuestionarme una vez más mi trabajo y mi manera de estar por los demás; que me deja la duda de si pude hacer algo más o si las circunstancias había que aceptarlas y ya, y otra vez más, nunca es fácil.
Cuando la mayor parte de tu trabajo consiste en acompañar a otros, la línea que separa el acompañar «para» del acompañar sin más es muy fina.
Ese «para» no debería ser el resultado de tu juicio sobre cómo deberían ser las cosas, sino una expresión de una necesidad sentida y real.
Me cuestiono constantemente como trabajadora social, como doula, como asesora de porteo, como madre. Me pregunto, me respondo, me culpo.
Este año que ha pasado en el que todo ha ido otro ritmo me he dado tiempo para aprender a perdonarme y no quedarme sólo en lo que podría haber hecho mejor, es un camino largo, pero necesario.
Este año quiero no ya cambiar mi naturaleza, un poco toxo, todo hay que decirlo, pero sí ser más flor que toxo, o al menos que hay más flores que espinas.
NOTA: Para los que no seáis de este rincón del mundo que es Galicia, quizás la flor de toxo de la foto no os suene de nada, pero cuando alguien es un poquito hosco de primeras, dicen de él que es un poco toxo, y yo, pues no tengo claro por qué, pues soy un poco así…