
Son las once de la noche y no tienes sueño aún, pero yo siento que llevo en mis pestañas todo el dolor de cabeza acumulado estos días, el oído que no deja de molestar y el cansancio de haber pasado demasiadas horas al ordenador. «Quiero leer un quento, el de los bebesitos«, así que alargo mi brazo […]